Tú no eres humano, porque los humanos no son perfectos.
Del cielo bajó un pintor para pintar tu figura, pero no encontró color para tanta hermosura.
Es bello contemplar el mar desde el cielo, pero aún lo es más acariciar tu boca con un beso.
Eres un lindo paisaje con el que me quiero deleitar, tus ojos las flores, tu rostro la pradera y tu boca el mar.
Ese rostro blanquecino y brillante, esos ojos que me acarician mirándome, esos dedos que me rozan al amanecer y ese amor que me llena por dentro.
Nunca antes se había visto un amor igual al que siento por ti; no cabe en mi corazón, ni tampoco en este universo.
Cuenta la leyenda que desde tu cama se puede viajar a lo más alto del cielo.
El destino de nuestros labios es encontrarse, ¿para qué alargarlo más?
Un náufrago feliz sería, si tu boca fuese el mar y yo un marinero a la deriva.