ayer éramos unos niños pequeñitos y
corríamos alocadamente por el jardín
de tu casa el día de tu cumpleaños
número seis. Ahora estamos adultos,
ya no corremos como locos por
el jardín, sino que son nuestros hijos
los que lo hacen. Sin darnos cuenta,
pronto ya no podremos disfrutar de
más cumpleaños, por eso aprovecho
para decirte que te quiero mucho,
que siempre has sido un gran amigo,
has sido como un hermano para mí
y te agradezco por todos estos años
de amistad. ¡Feliz cumpleaños, amigo querido!